Dios es amor y todos en nuestra esencia, como sus hijos, somos amor también. Él por amor nos llena de bendiciones cada día y nos dio a conocer a su hijo Jesucristo, para ser nuestro redentor y maestro. El mundo y las personas pueden haberte lastimado y herido, pueden haberte hecho perder el camino, pero Dios siempre ha estado contigo incluso en los momentos en que quizás fuiste tú quien lastimo o se equivocó. Cuando un ser humano hiere a otro, ambas partes quedan con heridas en el corazón. Jesús te sana, Jesús venda tus heridas, te hace tener un corazón nuevo, amoroso y cálido.
Él te invita hoy a que, en la intimidad de ti mismo, te acerques a él y le pidas que te cure todas las heridas que han lastimado y endurecido tu corazón. Háblale, entrégate en sus manos, él es el único que puede cambiar por completo tu vida y llenarla de su amor, su paz, su caridad y unión con Dios Padre. Hoy pídele a Dios que te permita renacer en su Espíritu Santo y que te permita sanar completamente tu corazón.
