¿Nos unimos o nos dividimos ?

Dice un dicho, la unión hace la fuerza, y aun cuando sabemos que este dicho es bastante acertado, muchas veces preferimos la división que la unión. La división la encontramos en varios aspectos, empezando por nuestra vida interior, pasando por la familia y la sociedad. Hablemos un poco de la división que se ve en las familias. Las familias llegan a dividirse por cuestiones de dinero, por malentendidos, por resentimientos, por heridas no sanadas del pasado, y por otras tantas cosas. Y es que a veces el orgullo nos colma y nos paraliza, que incluso hablar con la persona para aclarar la situación que nos causó conflicto, se vuelve misión imposible. Y si sumado a la mala acción que realizó la otra persona, le agregamos todos los pensamientos añadidos que incluimos en la historia para encajar el porqué actuó como actuó (exagerando muchas veces), terminamos teniendo en nuestra mente un coctel de malos pensamientos que al final solo nos llevarán a la división. ¿Y cuantas de estas divisiones se hubieran evitado simplemente al remover la capa de orgullo de nuestra vida y haber tomado un momento para hablar? Quizás muchas. Porque al final la división no hace que la familia se fortalezca, o que la persona que se equivocó cambie.

La división solo genera que la familia se rompa internamente y se debilite. Y una familia así no podrá subsistir. La familia es vital para el desarrollo humano es el núcleo de la sociedad. Si queremos ver nuestra sociedad en unión y no dividiéndose cada vez más, debemos empezar a mirar más de cerca a nuestra familia y empezar a trabajar en conjunto para volver a unir esas partes desunidas que no hacen otra cosa más que ayudar a el rompimiento que como sociedad vivimos hoy en día.

En el mundo hay corrientes de pensamiento que quieren atacar cada vez más y más a la sociedad. Y así como dice el dicho, divide y vencerás, la división para vencer la sociedad empieza en la división de las familias. El dejar que nuestras familias se sigan dividiendo lo único que ocasionará es que nuestra sociedad se siga yendo en picada. Recuerda que el cambio empieza por ti. ¿Qué tal si por fin le hablas a ese familiar del cual te alejaste hace tanto tiempo y haces a un lado aquello que los dividió?. Quizás puede que la vida les tenga una segunda oportunidad para comenzar de cero, pero sí no es el caso y la relación puede que no vaya mucho más allá del saludo, al menos derribarás ese muro de Berlín que construiste en tu corazón para no relacionarte con esa persona.

Busca la unión, al final todos venimos de los mismos orígenes y pertenecemos a la misma familia.

¡Unamonos cada vez más !

«Si una nación está con luchas internas, esa nación no podrá mantenerse en pie. Y si una familia está con divisiones internas, esa familia no podrá subsistir.»

Jesús — Marcos 3, 24-25

Lecturas Recomendadas

Marcos 3, 20-30

Lucas 11, 14-27

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