Cuarta Semana de Cuaresma
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro, en el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo. Amén
En la lectura del evangelio de hoy Jesús nos muestra la felicidad que siente Dios Padre, cuando alguien que se ha alejado de Él y vuelve a buscarlo. A pesar de que algunas veces te hayas alejado de Dios, incluso si en este momento te sientes lejos de Él, Él siempre tiene los brazos abiertos, para restaurar nuestra dignidad como sus hijos y nuestra bendición. No te sientas indigno de buscar a Dios aunque hayas pecado, aunque lo hayas ignorado por años. Él siempre te recibirá de nuevo con los brazos abiertos.
Oración Inicial
Dios todopoderoso, encomendamos a ti nuestra vida y la de toda nuestra familia, para que continuando en este camino de cuaresma, busquemos siempre la reconciliación contigo. Porque sin importar nuestro pecado, o lo que nos hayamos equivocado , tú siempre nos recibes con los brazos abiertos. Ayudanos a reconocer tu amor y tu misericordia, para siempre correr de nuevo a tus brazos.
Amen

Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.
Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’. Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre. Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’. Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó: ‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar. Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.
El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”.
—Lucas 15, 1-3. 11-32
Reflexión
Cuando hacemos algo indebido preferimos alejarnos de las personas o lugares que hemos afectado con nuestros actos, esa es la salida fácil. Dios nos ha dado la capacidad de tomar decisiones, Él nos capacita con talentos y herramientas para que podamos vivir el día a día. Sin embargo a veces desperdiciamos esos talentos, tomamos malas decisiones y nos alejamos de Él.
Estando lejos de Dios podemos pensar que es mejor seguir así, porque nunca seremos dignos de volver a Él, ya que hemos hecho o seguimos haciendo cosas que sabemos a Él no le agradan, o incluso podemos llegar a pensar que si volvemos, Él nos castigará por lo que hicimos y las cosas nunca volverán a ser igual… puede ser así con otras personas, pero con Dios nuestro Padre , es diferente.
Dios siempre nos está observando, ansiando el día en que volvamos a acercarnos a Él, el día que reconozcamos nuestro pecado, lo dejemos y volvamos a Él. Él siempre está esperando por nosotros y el día que finalmente retornamos, Él nos recibe con una fiesta llena de vida y alegría, porque:
estabas muerto y has vuelto a la vida, estabas perdido y Dios te ha encontrado…
Vuelve a Dios, no importa lo que haya sucedido en tu pasado o lo que pase en tu presente. Cerca de Él tu vida será mejor, lejos de Él sólo pasarás hambre y malos momentos.
Reflexión escrita por Marcel
Compromiso para esta semana
- RECONOCE la inmensa misericordia que Dios tiene para con todos buenos y malos y que Él siempre perdonará a quien está arrepentido de lo que hizo.
- DEJA QUE EL ESPÍRITU SANTO guíe tus pasos para acercarte cada vez más a Dios y a su voluntad.
- REPASA en tu mente el inmenso amor y misericordia que Dios tiene para con todos.
- COMPROMETETE a acercarte más a Dios, ya sea: orando más, leyendo la biblia, uniéndote a alguna clase/evento en tu parroquia, buscando la confesión, etc…
Oración Final
Dios eterno, gracias por permitirnos llegar a esta cuarta semana de Cuaresma 2022. Gracias por mostrarnos lo maravilloso, misericordioso y amoroso que eres. Permítenos volver siempre a tu casa si llegamos a perdernos algún día. Si nos demoramos en volver, Señor tú no te canses en seguir enviando tus mensajeros que nos inspiren y guíen para que retornemos a casa. No permitas que el enemigo siembre en nuestro corazón la semilla de ser indignos de merecer tu amor y de la culpabilidad. Y que tu Santo Espíritu nos muestre siempre que debemos reconciliarnos contigo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
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