Llenáte del Espíritu Santo
Celebrando Pentecostés recordamos la venida del Espíritu Santo; esa divina promesa que Jesús nos hizo. Por medio de este divino regalo, Dios nos llena de sus dones y carismas y estos a su vez nos permiten continuar con esa obra que Dios nos ha encargado. Pentecostés nos permite renovar nuestra relación personal con Jesús y dejar que su amor nos siga moviendo. Es el momento para recordar que Jesús resucitó y vive en cada uno de nosotros.

Celebremos con alegría este retiro, profundicemos en la oración, la alabanza y dejemos que Dios nos siga llenando de sus dones y carismas para la Gloria de su nombre.
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo
Hechos 2,5
Día 7: Invocar al Espíritu Santo
Selecciona el tipo de Retiro de tu interés:
Día 7: Retiro Adultos
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración Inicial
Lectura Bíblica – Hechos 4, 23-31
Apenas quedaron libres, Pedro y Juan fueron a los suyos y les contaron todo lo que les habían dicho los jefes de los sacerdotes y los ancianos. Los escucharon, y después todos a una elevaron su voz a Dios, diciendo: «Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. Tú, por el Espíritu Santo, pusiste en boca de tu siervo David estas palabras: ¿Por qué se agitan las naciones y los pueblos traman planes vanos? Se han aliado los reyes de la tierra y los príncipes se han unido contra el Señor y contra su Mesías. Es verdad que en esta ciudad hubo una conspiración de Herodes con Poncio Pilato, los paganos y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste. Así ellos consiguieron lo que tú habías decidido de antemano y llevabas a efecto. Y ahora, Señor, fíjate en sus amenazas; concede a tus siervos anunciar tu Palabra con toda valentía, mientras tú manifiestas tu poder y multiplicas tus intervenciones, realizando curaciones, señales y prodigios por el Nombre de tu santo siervo Jesús.» Terminada la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a anunciar con seguridad la Palabra de Dios.
Palabra de Dios

Reflexión
ALGO QUE ERA APRECIADÍSIMO Y LO OLVIDAMOS
La Iglesia primitiva no tomaba ninguna gran decisión ni se embarca en ninguna tarea de importancia sin invocar al Espíritu Santo. El Divino Paráclito fue la fuente del coraje y del poder cada día para los primeros cristianos. Los Hechos de los apóstoles son llamados “El Evangelio del Espíritu Santo”, porque todo en este precioso libro se centra en la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. No es que Él empezó a actuar en Pentecostés; ya venía actuando desde muchísimo antes, como lo recuerdadn los mismos Hechos, cuando dicen que Él fue quien iluminó a David (Cf. Hch 1,16) y el que hablaba por la boca del profeta Isaías (cf. Hch 28,25). Y san Esteban acusaba a los judíos de “oponerse siempre al Espíritu Santo” Pero desde el día de Pentecostés el Divino Espíritu se convirtió en una realidad dominante en toda la vida de la primera Iglesia. Él manda a Felipe a que salga al encuentro del ministro etíope y lo convierta (Hch 8,6). Es Él quien ordena a Pedro que vaya a predicar al capitán pagano Cornelio, y lo haga cristiano (Hch 10), y el que manda que aparten a Saulo y Bernabé para una misión especial que les tiene preparada (cf. Hch 13). Guía las decisiones del Concilio de Jerusalén (cf. Hch 15). Envía a Pablo que vaya a evangelizar a Europa (cf. Hch 16) etc. El libro de los Hechos hace notar que todos los jefes de la Iglesia primitiva eran hombres llenos del Espíritu Santo: Esteban (cf. Hch 7, 1-43), Bernabé (cf. Hch 11), san Pablo (cf. Hch 20). Ellos vivían en el Espíritu Santo como en el aire que respiraban. En el Libro Sagrado se hace notar que el valor y la elocuencia de Pedro ante el Sanedrín eran fruto del Santo Espíritu, y que el valor de los primeros cristianos para afrontar situaciones peligrosas, la elocuencia de los primeros discípulos, y la alegría que les acompañaba siempre, independientemente de las circunstancias externas, eran un regalo del Divino Consolador. SI ALGUNA DOCTRINA NECESITA SER DESCUBIERTA Y REDESCUBIERTA ES ESTA: Tenemos que avivar nuestra devoción al Espíritu Santo.
EJEMPLO: Fórmula para cuando llega la atracción al mal
Wilkerson es un hombre que ha logrado sacar a miles de personas del vicio de las drogas y de otros vicios, por medio de una devoción fuerte al Espíritu Santo. Él dice así a los que sienten simpatía por que está prohibido por Dios: “Cuidado: el enemigo del alma le dirá: ‘Lo necesita…, es sabroso…, le va a satisfacer…, no le hará daño…, nadie lo sabrá’”. Pero cuando es demasiado tarde la víctima se da cuenta que todo ello era una espantosa mentira.
El pecado lo separa a usted de Dios, y nada le puede suceder a una persona que sea peor que esto. El Salmo 65 dice: “Si en mi corazón apruebo el mal, el Señor no escucha mi oración”. Isaías cuenta una noticia escalofriante: “Vuestras maldades colocan una separación entre vosotros y Dios; vuestros pecados hacen que Dios aleje su rostro para no oír vuestras peticiones” (Is 59,2). Qué terrible noticia: Dios no quiere oír lo que le digamos mientras no estemos dispuestos a dejar nuestros pecados. ¿Los pecados lo tienen a usted amarrado de pies ay manos? Hay una fuerza mayor que los desatará: es el Espíritu Santo. Él es el que hace que nos demos cuenta de la fealdad del pecado y que odiemos todo lo que ofende a Dios. Jamás logrará usted dejar su pecado hasta que reconozca que es malo lo que está haciendo. Y es el Espíritu quien le va a decir a usted: “Es malo, es feo, es contra Dios, hace contristar al Creador, y el Señor odia esto”.
Es el primer paso para la conversión: ver el pecado como Dios lo ve, odiarlo como lo odia Dios. Hay que matar el mal deseo, porque si el Espíritu Santo nos lleva a odiar el pecado, pero seguimos coqueteando con la ocasión de pecar, y echando combustible a los deseos malos, tarde que temprano caeremos. Hay que tener un pavor extraordinario por el pecado: como el que se tiene por una culebra cascabel o por un perro rabioso.
Recuerda… Dios odia al pecado, pero ama al pecador y siempre lo espera como un Padre amoroso para llenarlo de misericordia cuando se arrepienta.
Compromiso
- LEER UN CAPÍTULO del libro de Hechos de los apóstoles.
- ACERCATE A DIOS… cuando caigas en pecado, acercate a Dios y pide perdón. Arrepientete, haz el propósito de no caer más, pidele a Dios fortaleza. No dejes que tu pecado te consuma. Dios siempre escucha un corazón arrepentido y dolido y lo perdona. Jesús se sacrificó por todos nosotros para que tuvieramos ese perdón, acudamos a Él. Busca la confesión tan pronto como te sea posible.

¡Oh, Espíritu Santo!, llena de nuevo mi alma con la abundancia de tus dones y frutos. Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría, tener este gusto por las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas. Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana. Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme. Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación. Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado. Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo. Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado. Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Texto: Parroquía El Espíritu Santo
Padrenuestro que estás en el cielo….
Video Adicional
Día 7: Retiro Familia con Niños
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Lectura Bíblica – Hechos 4, 23-31
Apenas quedaron libres, Pedro y Juan fueron a los suyos y les contaron todo lo que les habían dicho los jefes de los sacerdotes y los ancianos. Los escucharon, y después todos a una elevaron su voz a Dios, diciendo: «Señor, tú hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. Tú, por el Espíritu Santo, pusiste en boca de tu siervo David estas palabras: ¿Por qué se agitan las naciones y los pueblos traman planes vanos? Se han aliado los reyes de la tierra y los príncipes se han unido contra el Señor y contra su Mesías. Es verdad que en esta ciudad hubo una conspiración de Herodes con Poncio Pilato, los paganos y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste. Así ellos consiguieron lo que tú habías decidido de antemano y llevabas a efecto. Y ahora, Señor, fíjate en sus amenazas; concede a tus siervos anunciar tu Palabra con toda valentía, mientras tú manifiestas tu poder y multiplicas tus intervenciones, realizando curaciones, señales y prodigios por el Nombre de tu santo siervo Jesús.» Terminada la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a anunciar con seguridad la Palabra de Dios.
Palabra de Dios
Reflexión
Miremos el siguiente video:
ALGO QUE ERA APRECIADÍSIMO Y LO OLVIDAMOS
Los primeros cristianos no tomaban ninguna decisión ni hacian ninguna tarea de importancia sin invocar al Espíritu Santo. Ellos vivían en el Espíritu Santo como en el aire que respiraban. En la biblia se hace notar que los cristianos hablaban con valor y elocuencia gracias al Santo Espíritu, y que el valor de los primeros cristianos para afrontar situaciones peligrosas, la elocuencia de los primeros discípulos, y la alegría que les acompañaba siempre, independientemente de las circunstancias externas, eran un regalo del Divino Consolador. RECORDEMOS SIEMPRE INVOCAR EL ESPIRITU SANTO EN CUALQUIER MOMENTO.
Evitemos hacer lo que a Dios no le gusta, porque esto nos separa de Dios, si nos cuesta dejar de hacer cosas que no le gustan a Dios, pidamosle al Espiritu Santo que nso ayude a hacer el bien y a dar amor a mi familia, a las personas con las que comparto. Y si hago algo malo, debo pedir disculpas a Dios y a quien ofendi.
Recuerda… Dios odia al pecado, pero ama al pecador y siempre lo espera como un Padre amoroso para llenarlo de misericordia cuando se arrepienta.


- ACERCATE A DIOS… cuando hagas algo indebido, acercate a Dios y pidele perdón. Pide perdón a quien ofendiste. Arrepientete y haz el propósito de obrar bien siempre.
Oración Final
¡ Oh Espíritu Santo ! Amor del Padre y del Hijo: Inspíranos siempre lo que debemos hacer y lo que debemos evitar. Lo que debemos decir y lo que debemos pensar, para procurar tu Gloria y el bien de las almas.
Amén
Padrenuestro que estás en el cielo….
Día 8: ¿Por qué la renovación de las personas y la sociedad depende de la acción del Espíritu Santo?
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Día 8: Retiro Adultos
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración Inicial

Lectura Bíblica – Romanos 6, 1-17
¿Qué conclusión sacaremos? ¿Continuaremos pecando para que la gracia venga más abundante? ¡Por supuesto que no! Si hemos muerto al pecado, ¿cómo volveremos a vivir en él? ¿No saben que todos nosotros, al ser bautizados en Cristo Jesús, hemos sido sumergidos en su muerte? Por este bautismo en su muerte fuimos sepultados con Cristo, y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre, así también nosotros empezamos una vida nueva. Si la comunión en su muerte nos injertó en él, también compartiremos su resurrección. Como ustedes saben, el hombre viejo que está en nosotros ha sido crucificado con Cristo. Las fuerzas vivas del pecado han sido destruidas para que no sirvamos más al pecado. Hemos muerto, ¿no es cierto? Entonces ya no le debemos nada. Pero si hemos muerto con Cristo, debemos creer que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; desde ahora la muerte no tiene poder sobre él. Así, pues, si hay una muerte para el pecado que es para siempre, también hay un vivir que es vivir para Dios. Así también ustedes deben considerarse a sí mismos muertos para el pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. No dejen que el pecado tenga poder sobre este cuerpo —¡ha muerto!— y no obedezcan a sus deseos… ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han vuelto de la muerte a la vida, y que sus miembros sean como armas santas al servicio de Dios. El pecado ya no los volverá a dominar, pues no están bajo la Ley, sino bajo la gracia. Díganme: el hecho de que ya no estemos bajo la Ley sino bajo la gracia, ¿nos autoriza a pecar? Claro que no. Si se entregan a alguien como esclavos sumisos, ya serán esclavos de aquel a quien obedecen. Si ese dueño es el pecado, irán a la muerte, mientras que obedeciendo a la fe, alcanzarán una vida santa. Así, pues, demos gracias a Dios, porque antes tenían como dueño al pecado, pero han obedecido de todo corazón a esa doctrina a la cual se han entregado. Y, liberados del pecado, se hicieron esclavos del camino de justicia.
Palabra de Dios

Reflexión
Incluso no nos acobardamos en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza, la cual no quedará frustrada, pues ya se nos ha dado el Espíritu Santo, y por él el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones.
Romanos 5, 3-5
En Puebla se reunieron en 1979 todos los obispos de Latinoamérica y dijeron lo siguiente acerca del Divino Espíritu: Jesucristo, así como envió el Espíritu Santo a sus apóstoles el día de Pentecostés, así lo sigue enviando ahora cada día a quienes se dedican a extender su Reino (198). Estamos seguros que la renovación de las personas y de la sociedad dependerá en primer lugar de la acción del Espíritu Santo. Él es el que hace que el Evangelio logre encarnarse en la historia de cada época (199). Jesús dijo: “El Espíritu Santo, Espíritu de Verdad, os llevará hasta la verdad plena”. Él es el Paráclito que anima a todos los evangelizadores y los asiste para que lleven al pueblo la verdad total sin errores y sin limitaciones (202). El Espíritu Santo es el que nos hace odiar el pecado (importantísimo en esta época de tanta corrupción y desorientación en la que se ha perdido el pudor y la conciencia que hace evitar el pecado). El Divino Espíritu resucita a quienes están muertos por el pecado (203). La Iglesia reconoce con humildad sus muchos pecados, pero confía en que por el poder del Espíritu Santo podrá verse libre de ellos (208).
Compromiso
- PEDIRÉ a DIOS, discernimiento para reconocer las tentaciones y fortaleza para huir de ellas. Haré un plan personal para acercarme más a Dios y a la oración cada día.
- ORA: Cuando tengas dificultades con alguna persona o veas que alguien está pasando por un momento díficil, ponte en oración y pide a Dios que le de su Santo Espíritu.

¡Oh, Espíritu Santo!, llena de nuevo mi alma con la abundancia de tus dones y frutos. Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría, tener este gusto por las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas. Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana. Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme. Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación. Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado. Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo. Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado. Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Texto: Parroquía El Espíritu Santo
Padrenuestro que estás en el cielo…
Video Adicional
Día 8: Retiro Familia con Niños
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

En familia hagamos la siguiente oración:

Lectura Bíblica – Romanos 6, 1-17
¿Qué conclusión sacaremos? ¿Continuaremos pecando para que la gracia venga más abundante? ¡Por supuesto que no! Si hemos muerto al pecado, ¿cómo volveremos a vivir en él? ¿No saben que todos nosotros, al ser bautizados en Cristo Jesús, hemos sido sumergidos en su muerte? Por este bautismo en su muerte fuimos sepultados con Cristo, y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre, así también nosotros empezamos una vida nueva. Si la comunión en su muerte nos injertó en él, también compartiremos su resurrección. Como ustedes saben, el hombre viejo que está en nosotros ha sido crucificado con Cristo. Las fuerzas vivas del pecado han sido destruidas para que no sirvamos más al pecado. Hemos muerto, ¿no es cierto? Entonces ya no le debemos nada. Pero si hemos muerto con Cristo, debemos creer que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; desde ahora la muerte no tiene poder sobre él. Así, pues, si hay una muerte para el pecado que es para siempre, también hay un vivir que es vivir para Dios. Así también ustedes deben considerarse a sí mismos muertos para el pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. No dejen que el pecado tenga poder sobre este cuerpo —¡ha muerto!— y no obedezcan a sus deseos… ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han vuelto de la muerte a la vida, y que sus miembros sean como armas santas al servicio de Dios. El pecado ya no los volverá a dominar, pues no están bajo la Ley, sino bajo la gracia. Díganme: el hecho de que ya no estemos bajo la Ley sino bajo la gracia, ¿nos autoriza a pecar? Claro que no. Si se entregan a alguien como esclavos sumisos, ya serán esclavos de aquel a quien obedecen. Si ese dueño es el pecado, irán a la muerte, mientras que obedeciendo a la fe, alcanzarán una vida santa. Así, pues, demos gracias a Dios, porque antes tenían como dueño al pecado, pero han obedecido de todo corazón a esa doctrina a la cual se han entregado. Y, liberados del pecado, se hicieron esclavos del camino de justicia.
Palabra de Dios
Reflexión
Incluso no nos acobardamos en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza, la cual no quedará frustrada, pues ya se nos ha dado el Espíritu Santo, y por él el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones.
Romanos 5, 3-5
Jesucristo, así como envió el Espíritu Santo a sus apóstoles el día de Pentecostés, así lo sigue enviando ahora cada día a quienes se dedican a extender su Reino (198). Estamos seguros que el cambio que este mundo necesita dependerá en primer lugar de la acción del Espíritu Santo.
Miremos el siguiente video:


- PEDIREMOS a DIOS, discernimiento para reconocer las tentaciones y fortaleza para huir de ellas. Haremos un plan como familia para acercarnos más a Dios y a la oración cada día.
- ORA: Cuando tengas dificultades con alguna persona o veas que alguien está pasando por un momento díficil, ponte en oración y pide a Dios que le de su Santo Espíritu.
Oración Final
¡ Oh Espíritu Santo ! Amor del Padre y del Hijo: Inspíranos siempre lo que debemos hacer y lo que debemos evitar. Lo que debemos decir y lo que debemos pensar, para procurar tu Gloria y el bien de las almas.
Amén
Padrenuestro que estás en el cielo….
Día 9: ¿Qué significa bautizarse en el Espíritu Santo?
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Día 9: Retiro Adultos
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

» Dentro de pocos días seréis bautizados con Espíritu Santo «
Hechos 1,5
Oración Inicial

Lectura Bíblica – Juan 19, 20-23
Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor. Jesús les volvió a decir: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.»
Palabra de Dios

Reflexión
EL BAUTIZMO EN EL ESPÍRITU SANTO
Ya Jesús había dicho a Nicodemo: “Quien no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios” (Juan3). Y a San Juan Bautista le dijo la voz del cielo: “Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece en Él, este es el que bautiza en el Espíritu Santo. (S. Juan 1, 23). El bautismo en el Espíritu Santo no es un nuevo sacramento. Pero es una presencia notoria y una acción manifiesta del Espíritu Santo en el alma. Es una experiencia del poder espiritual que Él concede.
El bautismo en el Espíritu Santo tiene unos efectos notables: una maravillosa paz interior, una alegría incontenible, un amor espíritu a todos. Una paz que proviene del saber que Cristo está vivo y que está presente en nuestras vidas con su poder, una caridad grande porque sabemos que todos somos hermanos. Una dimensión sobrenatural porque nos convencemos de que somos eternos, y que por tanto no basta con el terrenismo y que hay en peligro de volvernos demasiado socializantes, buscando el paraíso aquí en la tierra, sin cuidarnos del paraíso eterno que es el único que satisface plenamente y no se acaba.
El bautismo en el Espíritu Santo brota espontáneamente de la oración en grupo, del retirarse para oír a Dios, en los Hechos de los Apóstoles se narra que ellos lo recibieron después de haberse dedicado a rezar unánimes, o sea en una fraternidad absoluta. Estaban orando apoyados por la oración de la Virgen Maria, a quien tanto estimaban todos. Este acontecimiento se repite en esta época de una manera extraordinaria. En estos tiempos como en una nueva primavera de la Iglesias, son muchas las personas que reciben el bautismo del Espíritu Santo. Basta asistir a un grupo serio de oración y se experimentará. Pero es necesario que los que se reúnen para orar lo hagan “unánimes”, es decir: fraternales, llenos de amor, de caridad, sin rencores, sin odios, sin injusticas, sin impurezas.
¿Qué haces para recibir el bautismo en el Espíritu Santo? Reunirnos en pequeños grupos. Leer el Evangelio. Suplicar que venga a nosotros el Espíritu Santo. Procurar llevar una vida de armonía, pureza y paz con todos. Ver la vida con espíritu sobrenatural y no solo con ideas socializantes porque entonces nos volvemos materialistas, secularizadas y se nos acaba la fe. No se obtiene el bautismo con Espíritu Santo sin más ni más. Es necesario mucha súplica, frecuentes lecturas bíblicas hechas con humildad y fe (especialmente leer los Hechos de los Apóstoles). Es costoso. Todo lo que vale cuesta. Pero después de que recibimos el Espíritu Santo veremos que hay dentro de nosotros mismos un poder inmenso, un amor que no imaginábamos, un dominio propio que estaba encadenado. Es necesario que oremos mucho, es necesario orar con llanto para borrar nuestros muchos pecados, porque en nosotros hay un fuego maravilloso de poder y de amor verdadero que necesarita salir a flor de vida.
Es necesario clamar “Ven Espíritu Santo”. Hace falta quitarnos el miedo de hablar de Dios. ¿En verdad alguna vez nos atrevemos a hablar a los demás de Jesucristo? Es necesario hacerlo si queremos que El nos envié al Espíritu Santo. Cristo es el que bautiza con Espíritu Santo. Es Él quien llena nuestros corazones de amor y alabanza a Dios, y de amor y servicio a los demás. Una evidencia muy vital de que si se ha recibido el bautismo del Espíritu Santo es que la persona comienza a glorificar a Dios por medio de su vida y de sus labios. Debe haber una “lengua de alabanzas”. Otra dramática señal de que sí se ha recibido este bautismo es el cambio que se manifiesta en la conversación y en las actitudes. Pero tal vez el cambio mas significativo es el extraordinario fervor que se experimenta. Personas que antes eran bastantes apáticas ahora se vuelven dinámicas, no tienen miedo en anunciar el evangelio, sientes un poder y un fervor que asombra a los demás.
El profundo anhelo de la persona que recibe el bautismo del Espíritu Santo es ser como Jesús. Tener un espíritu manso y humilde como El, y alcanzar la victoria sobre el pecado. Deja que el Espíritu Santo le demuestre lo malo que ha habido en su vida (por medio de un examen de conciencia serio y humilde) y recuerda con temor que el Espíritu Santo no obstante de ser tan paciente, puede ser contristado. Por eso trata de alejar toda falta voluntaria cumpliendo así con el precepto del Apóstol. “No contristéis al Espíritu Santo” (Ef. 4,30). Son indescriptibles la luz y el gozo que irradian del rostro de quien recibe el Divino Espíritu. La principal bendición de esta experiencia es una “edificación gozosa”. Un empleado de electrónica exclamaba: “lo que me admira de los que van a estas reuniones de oración es que parecen todos tan felices, tan radiantes”. Y no se trata simplemente de un desborde emocional, es una nueva manera de vivir. El Espíritu Santo no es una curación mágica. Volveremos a pecar. Pero habrá una gran diferencia entre una persona que nunca ha recibido y la persona que nunca ha recibido el bautismo del Espíritu Santo. Se hundirá quizá terriblemente en el pecado todavía, (porque hacemos el mal que no queremos—Como decía San Pablo) pero tiene una conciencia viva de que esta contristando al Espíritu de Dios, y el Divino Espíritu lo perseguirá donde quiera que vaya con sus llamamientos a la conversión. “Será un eterno perseguido del cielo”, y dirá como tantos que ya se convirtieron seriamente: “Tuve que volver al buen camino porque no fui capaz de zafármele al Espíritu Santo que no dejaba de llamarme”. El persigue al pecador solamente para liberarlo.
Compromiso
- HARÉ una visita al Santísimo Sacramento en una iglesia o DARÉ una ayuda a un pobre.
- RECARGATE del Espíritu Santo: Para poder recibir ese bautizmo en el espíritu es esencial los momentos de oración y alimentarse diariamiente de la palabra de Dios. Pidele a Dios encontrar la manera correcta de orar en tu intimidad y también que te guíe hacia un buen grupo de oración. Procura ir a la eucaristía al menos una vez por semana y asistir a la confesión cuando sea necesario.

¡Oh, Espíritu Santo!, llena de nuevo mi alma con la abundancia de tus dones y frutos. Haz que yo sepa, con el don de Sabiduría, tener este gusto por las cosas de Dios que me haga apartar de las terrenas. Que sepa, con el don del Entendimiento, ver con fe viva la importancia y la belleza de la verdad cristiana. Que, con el don del Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme. Que el don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de la salvación. Que sepa con el don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, lo falso de lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado. Que, con el don de Piedad, ame a Dios como Padre, le sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo. Finalmente, que, con el don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración por los mandamientos de Dios, cuidando de no ofenderle jamás con el pecado. Lléname, sobre todo, de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Texto: Parroquía El Espíritu Santo
Padrenuestro que estás en el cielo….
Video Adicional
Día 9: Retiro Familia con Niños
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

En familia hagamos la siguiente oración:

Lectura Bíblica – Juan 19, 20-23
Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se puso de pie en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor. Jesús les volvió a decir: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.»
Palabra de Dios

Reflexión
EL BAUTIZMO EN EL ESPÍRITU SANTO
El bautismo en el Espíritu Santo tiene unos efectos notables: una maravillosa paz interior, una alegría incontenible, un amor espíritu a todos. Una paz que proviene del saber que Jesus está vivo y que está presente en nuestras vidas.
El bautismo en el Espíritu Santo surge espontáneamente de la oración en grupo, del retirarse para oír a Dios, pero es necesario que los que se reúnen para orar lo hagan “unánimes”, es decir: fraternales, llenos de amor, de caridad, sin rencores, sin odios, sin injusticas, sin impurezas.
¿Qué haces para recibir el bautismo en el Espíritu Santo? Reunirnos en pequeños grupos. Leer el Evangelio. Suplicar que venga a nosotros el Espíritu Santo. Procurar llevar una vida de armonía, pureza y paz con todos.
Es necesario clamar “Ven Espíritu Santo”. Hace falta quitarnos el miedo de hablar de Dios. ¿En verdad alguna vez nos atrevemos a hablar a los demás de Jesucristo? Es necesario hacerlo si queremos que El nos envié al Espíritu Santo. Cristo es el que bautiza con Espíritu Santo. Es Él quien llena nuestros corazones de amor y alabanza a Dios, y de amor y servicio a los demás.
Compromiso
- HAREMOS una visita al Santísimo Sacramento en una iglesia o DAREMOS una ayuda a un pobre.
- RECARGARSE del Espíritu Santo: Para poder recibir ese bautizmo en el espíritu es esencial los momentos de oración y alimentarse diariamiente de la palabra de Dios. Pidele a Dios encontrar la manera correcta de orar en tu intimidad y en familia. Procura ir a la eucaristía al menos una vez por semana y asistir a la confesión cuando sea necesario.

Espíritu Santo, queremos vivir como el niño Jesús, dando nuestro amor a todos, compartiendo con los que necesitan, brindando alegría a los demás, ofreciendo nuestro tiempo y nuestro esfuerzo para hacer el bien a los que nos rodean. Sí, Santo Espíritu de Dios, queremos vivir como el niño Jesús, por eso te pedimos que llegues a nosotros y llenes nuestros corazones, para darnos la fuerza para vivir como verdaderos discípulos y discípulas de nuestro Amigo Jesús.
Amén
Padrenuestro que estás en el cielo….
